Dave Nixon, espeleólogo y descubridor, miembro del British Caving Team, informa sobre sus experiencias con el Leica DISTO.

El pasado año tomé parte en la expedición «Ríos salvajes» de la National Geographic Society en Nueva Bretaña del Este (en Papúa Nueva Guinea).
El objetivo era realizar investigaciones de algunas formaciones cársticas dentro del gran macizo en una lejana zona de las Nakanai Mountains.
El macizo tiene una altura de unos 1.000 metros y la primera visita de europeos que recibió fue en 1984.

Nuestro primer objetivo era llegar al pequeño pueblo de Ora, unos 30 km al norte de Pomio. Desde allí queríamos investigar, examinar y fotografiar todo lo necesario,
con la esperanza de, entre otras cosas, convencer a las autoridades competentes para declarar la zona como Bien de Interés Cultural.
Aparte de que debíamos desplazarnos por las cuevas con sólo unas pequeñas luces, el agua era en sus distintas formas el mayor problema potencial que debíamos afrontar en un área en la que se recogen enormes cantidades de lluvia anualmente. Sólo existen unas pocas corrientes superficiales, en toda esta zona
la mayoría del agua fluye subterránea. En la práctica esto significaba que debíamos hacer frente a galerías de considerable tamaño que hacían las funciones de canales para ríos con un caudal de 10 m3 por segundo.
La humedad relativa del aire se situaba permanentemente en un desagradable 100%. Debíamos ocuparnos permanentemente de mantener nuestro Leica DISTO fuera del agua y de que la corriente tampoco nos arrastrase a nosotros: en suma, era un verdadero desafío.

Más seguro gracias a Leica DISTO
Me acuerdo de varias etapas en las que debía permanecer dentro de aguas bravías que me llegaban hasta el cuello, con una mano agarrada a la pared y moviendo arriba y abajo la otra mano con mi Leica DISTO para realizar las mediciones. Con una cinta métrica hubiera sido absolutamente imposible hacerlo. Los Leica DISTO también han aumentado nuestra seguridad, ya que tuvimos que poner nuestra integridad física en peligro con menor frecuencia que si sólo hubiéramos utilizado sistema topográficos tradicionales.
En el entorno húmedo-cálido era difícil proteger las lentes de la condensación y el agua. Por eso, debíamos acortar las etapas de medición, ya que la claridad óptica de las cosas no era en absoluto la ideal. Además, debíamos contar con el hecho de que el objetivo de cada momento no siempre era una superficie lisa y bien reflectante. Habíamos preparado algunas hojas de papel DIN A4 laminadas, pero a menudo teníamos que recurrir finalmente a blocs de notas, bolsos de bandoleras, rocas lisas o incluso a nuestros cascos como puntos visuales reflectantes. En distancias muy grandes era difícil orientar el punto exactamente al objetivo, especialmente cuando llevábamos varias horas en la situación descrita y, como consecuencia del esfuerzo, no podíamos evitar que nuestro cuerpo temblase.

Fantástica función Recall

En estos casos, la función Recall del Leica DISTO resulta sencillamente fantástica. Ya es suficientemente difícil realizar las mediciones en sí mismas. Prefiero no imaginarme lo que hubiera significado sacar además del Leica DISTO también el bloc de notas. En estas enormes cuevas fluviales, el ruido es a veces insoportable, y por primer vez en mi vida tuve que llevar tapones en los oídos durante una gran parte del recorrido. El simple grito del resultado de medición «37,42 metros» a la persona que llevaba el bloc de notas se convertía en un problema enorme. Y no hay que olvidar que para un levantamiento significativo de las cuevas es absolutamente necesario realizar en cada estación mediciones hacia la pared izquierda y derecha, además de hacia el suelo y el techo.
A pesar de las enormes cantidades de agua y del gran esfuerzo general al que sometimos a nuestros excelentes Leica DISTO, no nos han dejado en la estacada
ni una sola vez y puedo decir con orgullo que han cumplido su cometido con creces. Mi felicitación por el diseño y la calidad de los equipos Leica Geosystems.

Se han descubierto siete cuevas nuevas

Durante nuestro regreso desde la meseta pudimos mirar atrás y sentirnos orgullos por el éxito de la expedición.
Habíamos descubierto siete nuevas cuevas (una de ellas incluso reconocida como la segunda mayor cueva de Nueva Bretaña) y, además, hemos examinado con mayor profundidad algunas cuevas ya conocidas.
Las estadísticas de la expedición han sido extremadamente notables: 12.562 metros de nuevos pasos sobre una altura de 442 metros. Cada metro ha sido topografiado con el Leica DISTO.

De parte de los espeleólogos un caluroso agradecimiento a Leica Geosystems.

http://www.disto.es